La confianza de los mandantes se refleja en muchos aspectos, y aunque muchos creen que los likes son el mejor termómetro, y que las redes sociales, en este momento, son la panacea de las estadísticas, cuando están a su favor desde luego, y muchos otros que crean sus redes de mentiras y se amparan en los medios electrónicos de comunicación, desinformando y queriendo crear malestar en la ciudadanía para pescar a río revuelto, ya que pasaron 14 años destruyendo a esta linda tierra verde, habremos otros que con solo preguntar en cualquier sector de la ciudad lo confirmamos, así es, con la gente, como deber ser, y podríamos adicionar que tan solo por el hecho que se ha duplicado la recaudación de impuestos, pues cuando los habitantes ven obras no se tienen excusas para apoyar la gestión considerando que no se ha incrementado la carga tributaria local por el actual concejo municipal, la confianza en su burgomaestre sigue y seguirá creciendo.

No solo es el hecho de que las obras se noten, pues existen muchas que no lo hacen, pero aun así eran necesarias, y aunque no son "políticamente correctas", existen muchos esmeraldeños que agradecen su ejecución, pero claro, no se las programa para que sean agradecidas ya que son una obligación para los gobernantes que son electos, pero, es la visión, el compromiso y la pasión de un líder de esta tierra la que se plasma más allá de que las retribuciones políticas que pueda captar.  La responsabilidad prima, el bien común prevalece y lo que debe hacerse se hace para poder acceder al buen vivir de todos mis conciudadanos.

Los recursos tan necesarios para emprender un cambio radical como el que necesitábamos los esmeraldeños, siempre estuvieron ahí, simplemente por un mantenerse en el poder,  nunca cobraron los impuestos, ocasionando un daño gigantesco a la ciudad y a los contribuyentes, a la ciudad porque obras tan pequeñas y básicas no se pudieron ejecutar, dejando desamparadas a muchas familias ante la inclemencia del tiempo y la marginación, y los contribuyentes que ahora tienen obligaciones pendientes de años anteriores e incrementados por el cobro de intereses legales.  Pero los esmeraldeños somos gente de bien, a pesar de todo, reconociendo el trabajo, y haciendo mea culpa, seguimos cumpliendo con nuestras obligaciones tributarias que generaran nuevas y más obras, es así que hemos terminado el año 2016 generando ingresos propios del 41% en relación de nuestras asignaciones del gobierno central, demostrando nuestro resurgido amor por nuestra ciudad.

Debo concluir y más que todo solicitar que cuidemos y amemos nuestra ciudad, esta casa grande que nos acoge y en donde pasamos las alegrías y penas de nuestras vidas, pero es nuestra y por ello hay que defenderla, y para ello con tan solo cuidar la obras, no botar basura o hacerlo en los horarios asignados, respetar las normas de convivencia y con todo lo que podamos aportar, será relevante para que nuestro granito de arena encuentre adeptos y poder llegar a esa tan deseada Esmeraldas al mundo.